
El cordón cristalino sale del ombligo. Es muy elástico y llega hasta la misma puerta de entrada de la gran luz resplandeciente y única. Ésta gran luz es la fuente de nuestra divina presencia. Es allí cuando hemos cumplido nuestro plan de vida en la tierra es cortada para pasar a través de ella logrando la unidad con el todo. En la puerta de entrada a la gran luz, nos esperan seres hermosísimos llenos de paz y de Amor. Ellos nos instruyen antes de entrar.
Todo sucede muy rápido, en un instante, pero ese instante es lo suficientemente grande porque recuerdas toda tu vida desde el momento que te encontrabas en el vientre de tu madre y lo ves pasar todo como una película con diapositivas muy rápidas. He empezado ésta narración por la parte final porque es de ahí de donde nace de nuevo el principio. Cuando el alma sale del cuerpo pasa por diferentes fases. Ella es plenamente consciente de que tiene un cordón cristalino nacido del ombligo y que tiene un cuerpo muy parecido al de la densidad terrenal (parecido en forma) pero es transparente como si viéramos un cuerpo de cristal y se queda a una altura considerable donde puedes ver perfectamente tu cuerpo físico denso tumbado y tu cuerpo etéreo. No le genera ningún susto, lo ve como algo normal, pero si le sorprende este desdoblamiento. Siente una gran paz y amor inconmensurables. Se ve flotando y a la vez unido todavía a su cuerpo físico inerte.
Puede escuchar y ver desde esa otra altura. La segunda fase el cuerpo de cristal viaja a través de un túnel lleno de curvas y recovecos, es bastante oscuro pero se siente acompañado en ese viaje hacia la luz. Parece que se hace interminable atravesar éste túnel rocoso y en éste viaje empieza la proyección de la película de vida. No existe el tiempo pero sientes que tardas bastante en llegar a la luz. Es muy parecido a los viajes en el tiempo que te trasportan a otra dimensión sin tanta rapidez. Cuando llegas a la puerta de entrada que es cóncava a modo de arco los seres de luz encargados de hacer la incisión en tu cordón lo hacen en la misma entrada de la cueva y ahí te fusionas con la fuente. Lo que ocurre allí está secretamente guardado, es sagrado y no se puede revelar. Solo Dios conoce la transición y desarrollo de cada alma. Pero si tiene a su poderoso ejército de luz perfectamente coordinado para realizar diferentes funciones en cada ser que desencarna y encarna.
Rosa María Orts Julian